Es la única película que he hecho en España co-producida por el ministerio de cultura, cuyo presidente, en esa época, era Jorge Semprún, a quien conocí en París. La preparación, el rodaje, y la postproducción de esta película, forman parte de una pesadilla, de la que tardé tiempo en despertar. Presiento que los siete años de mala suerte se cumplieron. La idea de “Merlín” me vino por una obra de J. Cocteau “Les chevaliers de la table ronde” que me parece extremadamente cómica. Pensaba hacerla en Francia, con Jean Marais en el papel del rey Arturo. Lo encontré reticente. La obra había sido su debút en el pasado, y no le apetecía cerrar el círculo. Así que decidí hacerlo en España, con actores españoles. Una fuerza extraña se opuso desde el principio, como una maldición. Podría hacer una película de terror sobre lo que fue la preparación, el rodaje, y la postproducción. No me arrepiento de haberla hecho, pero “la luz no valió la candela” como se suele decir. La versión que se verá en el festival es, de todos modos, bastante divertida.