En una de las tantas zonas periféricas de la Ciudad de México, el cobro de piso a los comerciantes y habitantes de la zona por parte de sicarios miembros de cárteles locales es un hecho de todos los días. En un soleado domingo en el que niños juegan y vecinos pasean a sus perros, en una unidad habitacional, localizada en una de estas zonas periféricas, un comerciante no ha pagado su cuota y los sicarios han venido a darle un ultimátum.